Su nombre viene atribuido al color de la flor de la Malva, y a su vez, por las propiedades curativas que alberga la planta. Esta habitación se encuentra a las puertas de los antiguos arcos románicos, muestra de lo que fue la antigua entrada de una casa del Bajo Imperio Romano.
En esta habitación con vista al jardin y sus 30m2 cabe destacar el techo construido en piedra, lo que se conoce como bóveda catalana. Sus paredes de más de 1’20m de grosor le otorgan una imponente y cálida sensación.